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Las Tumbas Reales de Ur en Mesopotamia cerrarán el ciclo de conferencias del Museo de Segovia

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La Junta de Castilla y León presenta la última de las conferencias del ciclo sobre ‘Cuestiones arqueológicas de Oriente Próximo y Egipto antiguos’, una intervención en la que Elena Torres, de la UAM, hablará sobre uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX.

6 de abril de 2015

Castilla y León | Delegación Territorial de Segovia

Elena Torres Torres, historiadora de la Universidad Autónoma de Madrid, será la encargada de desvelar los secretos y el significado de uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX, las Tumbas Reales de Ur, a menudo desconocidas para el gran público. La también profesora del Centro Superior de Estudios de Oriente Próximo cerrará, mañana, 7 de mayo, a partir de las 19.30 horas, el ciclo de conferencias impulsado por la Junta de Castilla y León y el Museo de Segovia sobre ‘Cuestiones arqueológicas de Oriente Próximo y Egipto antiguos’.

El arqueólogo inglés Leonard Woolley fue, entre los años 1924 y 1936, el descubridor de unos restos que han sido fundamentales para el conocimiento de la civilización sumeria y de las primeras dinastías reales de Mesopotamia –zona situada al sur del actual Iraq. Las tumbas, datadas en torno al 2600 a.C. se han convertido en un testimonio magnífico y sorprendente de la civilización, la sociedad que pocos siglos antes había dado inicio a la escritura y al periodo que más tarde comenzó a denominarse como ‘Historia’.

La intervención de Elena Torres tratará también sobre otro de los hallazgos que vio la luz en la misma época –primera mitad del siglo XX-: la ciudad de Ur, en la que se encontraba el zigurat (templo de la antigua Mesopotamia con forma de torre o pirámide escalonada) de ‘Ur-Nammu’ o el fundador de la última gran dinastía sumeria, así como miles de tumbas privadas contemporáneas y posteriores.

Un valioso testimonio

El núcleo del cementerio de Ur, compuesto por 16 tumbas sin atributos de pertenencia a reyes o a reinas, tiene dos características extraordinarias: en primer lugar, su estructura de pozo largo, entrada en rampa y cámara, y en segundo, el propio enterramiento, con una inhumación principal y hasta 74 individuos más, supuestas víctimas de sacrificios ceremoniales; todo ello acompañado de un ajuar funerario rico y heterogéneo.

Esta tipología de las tumbas y los restos humanos y materiales hallados en ellas son un testimonio valiosísimo de la civilización sumeria. Sus ritos de inhumación, la evidencia de los restos óseos y los ajuares exquisitos que albergaban las tumbas hablan de una sociedad y una mentalidad que se puede intuir también a través del vasto acervo de leyendas y mitos sumerios, los primeros de la Historia.