Saltar al contenido principal.

Escudo de la Junta de Castilla y León; Página de inicio

Comunicación de la Junta de Castilla y León

Redes Sociales

  • X. Abre una nueva ventana
  • Facebook. Abre una nueva ventana
  • Youtube. Abre una nueva ventana
Contenido principal. Saltar al inicio.

El grabado ‘Melancolía I’ de Alberto Durero, elegido como la ‘pieza del mes’ de noviembre del Museo de Segovia

  • Compartir

La obra, situada en la sala E ‘Renacimiento y Barroco. Los Austrias’, está realizada en 1514 mediante buril en una plancha de cobre. El ejemplar, considerado una de las estampas más famosas de los antiguos maestros, posee una gran riqueza iconográfica con influencias de la cábala y del neoplanotismo italiano del 'quattrocento'. Con esta selección, el Museo celebra el V Centenario del grabado.

6 de noviembre de 2014

Castilla y León | Delegación Territorial de Segovia

La ‘pieza del mes’ es una actividad que el Museo realiza durante todo el año con el fin de acercar al público los fondos que forman la exposición permanente, ofreciendo al visitante una explicación monográfica de piezas representativas de un periodo o manifestación artística que se seleccionan y renuevan cada mes.

Durante este mes de noviembre, el Museo de Segovia ha seleccionado el grabado titulado ‘Melancolía I’, obra del artista alemán Alberto Durero, datada en el año 1514. Se trata de una pieza tallada mediante buril en una plancha de cobre con unas medidas de 19,2 centímetros de ancho por 24 centímetros de alto.

Localizada en la Sala E del Museo, titulada ‘Renacimiento y Barroco. Los Austrias’, esta pieza es una de las tiradas de este grabado, que es, en esencia, una obra de arte que se puede reproducir. Una misma matriz, hecha sobre un material como madera, metal, piedra o tela, permite realizar un número limitado de tiradas que, si bien son repetidas, nunca son idénticas, lo que dota de exclusividad a cada una de ellas.

La técnica utilizada por Durero es dibujar sobre el metal la figura y después matiza los trazos a través de la profundidad de las hendiduras. El resultado que consigue prueba la maestría del artista alemán en el empleo de esta técnica.

La pieza, que contará con visita comentada los sábados de 13.00 a 13.30 horas, está compuesta por varios elementos. La imagen central y más importante es una figura alada meditabunda, que puede ser considerada un ángel, acompañada de un putto (motivo ornamental consistente en figuras de niños, que actúa como mediador entre la esfera terrenal y la celestial), apoyado en una piedra de molino. En la parte inferior izquierda se encuentra un perro famélico, que duerme a los pies del personaje principal. Aunque tradicionalmente el perro simboliza la lealtad, aquí un perro puede representar la melancolía o la locura. En el suelo, hay varios útiles de carpintería (martillo, cepillo, clavos y sierra) y arquitectura (un tintero y una pluma) que se encuentran desordenados.

También hay muchos elementos relacionados con las medidas (espacio y tiempo), así como la geometría y la aritmética, entre ellos, una esfera, un poliedro, una balanza y un reloj de arena. Asimismo, destaca el conocido como ‘cuadrado mágico’, compuesto por 16 cifras de cuya suma se obtiene, en diversas combinaciones, el número 34. Este ‘sudoku cabalístico’ incluye también, en la fina inferior, la fecha de composición del grabado (1514).

Desde el punto de vista icnográfico, la ‘Melancolía I’ es un compendio de influencias de la cábala y el neoplatonismo del quattrocento planteadas como una reflexión acerca del oficio del artista. Interpretativamente, Erwin Panofsky, uno de los estudiosos de la vida y obra de Durero y que elevó a categoría icnológica su análisis de esta obra, indica que el gesto de la figura alada refleja la sensación de no poder llegar a la verdad con los medios técnicos y científicos al alcance humano. Así, la melancolía sería aquello que impulsa al hombre a ir más allá y, a la vez, pondría en evidencia el delicado equilibrio entre la fiereza y la mansedumbre del alma humana.

Origen de la interpretación

La medicina hipocrática griega del siglo V a. C. distinguía cuatro temperamentos en el hombre en virtud de la presencia de los cuatro humores básicos: la sangre (sanguíneo), la bilis (colérico), la flema (flemático) y la bilis negra (melancólico). Un justo equilibrio entre estos humores determinaría una buena salud, en cambio, la mayor presencia de uno de ellos, una propensión. El carácter melancólico ha estado siempre vinculado a la creatividad. De ahí, la reflexión que hace Durero con esta obra sobre el oficio del artista, indefectiblemente creativo.

Alberto Durero (Nüremberg, 1471-1528) viajó dos veces a Italia, donde quedó imbuido de los valores estéticos y filosóficos del Renacimiento en este país. De su primer viaje, el Museo del Prado conserva la obra ‘Autorretrato’ (1498), donde se muestra como un elegante hombre de mundo muy seguro de sí mismo.

Durero es considerado un extraordinario dibujante y el mejor grabador del Renacimiento. La influencia de su obra gráfica es inmensa, puesto que elementos iconográficos y composiciones suyas fueron empleadas durante siglos por artistas europeos.

Junto con ‘El caballero, la Muerte y el Diablo’ (obra que también exhibe el Museo de Segovia) y ‘San Jerónimo en su gabinete’, ‘Melancolía I’ forma parte de las denominadas Estampas Maestras de Durero, que fueron realizadas entre 1513 y 1514 y son la culminación de su trabajo como grabador. Con la selección de esta obra, el Museo celebra el V Centenario del grabado.