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El Museo de Segovia muestra la verdad sobre las monedas de las cecas del Acueducto

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La colección numismática que forma parte de los fondos del Museo será la protagonista del próximo paseo que ofrece la institución, una visita que contará con la presencia de Francisco Javier García Herrero, profesor de la Universidad de Valladolid.

23 de enero de 2015

Castilla y León | Delegación Territorial de Segovia

El Museo de Segovia, que depende de la Junta, ofrece un nuevo paseo por sus instalaciones, el próximo sábado 24 de enero a partir de las 11.30 horas, para dar a conocer el legado numismático que conserva en su interior. Los asistentes a la visita ‘Monedas segovianas del Museo de Segovia’, que tendrán que inscribirse previamente, descubrirán que la moneda y la ciudad van de la mano desde la más remota antigüedad, hasta el punto de que el primer documento en el que aparece el nombre de Segovia es una pieza de una de las cecas del Acueducto, símbolo de la unión de sus evoluciones durante siglos.

Los asistentes al paseo, acompañados por el profesor de la Universidad de Valladolid Francisco Javier García Herrero, descubrirán las diferentes acuñaciones que se realizaron en Segovia, donde durante cerca de un siglo convivieron dos cecas diferentes, ambas con la marca del Acueducto, aunque totalmente distintas tanto a nivel tecnológico como administrativamente. Y es que el Real Ingenio, fundado en 1583, estuvo precedido por lo que se conoció más tarde como la ‘Casa Vieja de Moneda’, centro de acuñación que el Rey Enrique IV mandó construir en 1455.

El Acueducto se ha mantenido como símbolo de las monedas segovianas durante los más de 400 años en los que se acuñó moneda en la ciudad. Sin embargo, no todas las cecas han sido similares. El Real Ingenio supuso un avance tecnológico y significó la mejora en la producción de monedas logrando piezas de factura muy depurada, que sorprendieron al mundo consiguiendo hitos como la producción de cincuentines y centenes, las monedas más grandes acuñadas en España, a diferencia de su compañera más antigua que se tuvo que conformar con una producción más rudimentaria.

‘Casa Vieja de Moneda’

En contraste con su homóloga segoviana, más avanzada tecnológicamente, la ‘Casa Vieja de Moneda’ -nombre que se le puso tras la construcción del Real Ingenio- acuñó todas sus monedas con la tecnología más primitiva conocida en la producción de monedas, el martillo.

Enrique IV fue el fundador de una institución que se situó en lo que se conoce como el corralillo de San Sebastián, intramuros de la ciudad, junto al postigo del Consuelo. Una fábrica en la que se acuñó moneda durante los reinados de Enrique IV, los Reyes Católicos, Juana y Carlos I, los Austrias mayores y sus sucesores, los Austrias menores.

En 1681 la ‘Casa Vieja de Moneda’ cesó su actividad convirtiéndose en una parte del importante legado dejado por las cecas del Acueducto, una historia que concluiría en 1868, con la revolución ‘La Gloriosa’ y su mandato de centralizar la acuñación de moneda española en Madrid.