La Junta inicia en Salamanca el programa de trasplante renal de donante vivo
El Complejo Asistencial Universitario de Salamanca va a iniciar en los próximos días el programa de trasplante renal de donante vivo. Se trata de una intervención quirúrgica que se realiza en este centro mediante técnicas laparoscópicas avanzadas, con mínimo riesgo para el donante y con mejores resultados en el receptor, por la disminución del tiempo transcurrido entre la extracción y el trasplante y por las mayores expectativas en calidad de vida.
20 de noviembre de 2011
Castilla y León |
Consejería de Sanidad
La Consejería de Sanidad autorizó en julio de 2009 al Complejo Asistencial Universitario de Salamanca como centro de referencia regional para la realización de este tipo de trasplantes. Desde entonces se han evaluado diversos donantes y receptores, evaluación compleja y por lo tanto relativamente lenta con el fin de asegurar el éxito del trasplante y los menores daños al donante.
En las últimas semanas se han terminado todos los trámites y requisitos en una pareja, lo que va a permitir que en los próximos días se realice en un hospital de la Junta de Castilla y León un trasplante renal procedente de donante vivo. Será efectuado por personal altamente cualificado y con experiencia en técnicas laparoscópicas, con la colaboración del resto de equipos que intervienen desde hace años en Salamanca en el programa de trasplante renal procedente de donante cadáver, que han llevado a cabo hasta el momento 813 injertos -desde el inicio del programa en 1983-.
La operación será dirigida por la doctora Guadalupe Tabernero, del Servicio de Nefrología, y por el doctor Víctor Sagredo, coordinador de trasplantes del hospital salmantino.
PACIENTES JÓVENESEl trasplante renal es la terapia de elección en la insuficiencia renal terminal y permite a los pacientes mejorar su calidad y su cantidad de vida al no tener que depender de la diálisis para su existencia cotidiana. Aunque los primeros trasplantes de riñón que se realizaron en Castilla y León -y concretamente, en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca- hace 28 años fueron de donante vivo, el aumento tan importante de donantes cadáveres que se produjo en los años noventa y la complejidad de la intervención, con riesgos para el donante, fueron la causa de que este tipo de trasplante quedara en un segundo plano.
Además, si bien los donantes cadáveres siguen aumentando en la Comunidad, el incremento de la edad de estos hace que no todos los órganos sean aprovechables. Esto, unido al aumento de indicaciones de trasplante renal, hace que sea necesario buscar otras alternativas de obtención de órganos -de forma específica, riñones-, sobre todo dirigidos a pacientes jóvenes.
Por todo ello, los profesionales se plantearon hace unos años "recuperar" el trasplante renal de donante vivo como una opción importante de tratamiento, ya que el donante puede ser dado de alta en pocos días en condiciones normales, y con mejores resultados en el receptor por la disminución del tiempo transcurrido entre la extracción y el trasplante. A ello hay que unir que en los casos en que el donante es un familiar se produce mayor compatibilidad entre ambos, con lo que las dosis de inmunosupresores necesarias son menores.
CALIDAD DE VIDAA pesar del incremento de las cifras de trasplante de los últimos años, los injertos de donante vivo alcanzan sólo el 11%25 en el conjunto del país (el año pasado 240 sobre un total de 2.225), una de las cifras más bajas de los países de nuestro entorno.
El envejecimiento poblacional y la disminución afortunada de los accidentes de tráfico han supuesto un cambio sustancial en el perfil del donante de órganos: la edad media de 35 años en 1995 ha pasado a 58 años, en la actualidad. Además, cada día se necesitan más órganos para enfermos jóvenes, que raramente se pueden beneficiar de los órganos extraídos a donantes de edad avanzada; de ahí la necesidad de potenciar este tipo de programas.
El trasplante renal de donante vivo se está mostrando por tanto como una alternativa eficaz al trasplante renal de cadáver, con una serie de ventajas: mejores resultados para el receptor, tanto en supervivencia y función inicial del injerto como en menor incidencia de rechazo; menores dosis de inmunosupresión y, como consecuencia, de complicaciones y de estancias en el hospital; realización programada del trasplante simultáneamente con la nefrectomía -extracción del riñón-, disminuyendo los tiempo de isquemia -falta parcial o total de aporte de sangre a un órgano-; beneficios para el donante en relación al refuerzo de su autoestima y satisfacción personal; y mejor acceso al trasplante del receptor con una mayor "oferta" de órganos, sobre todo para los enfermos más jóvenes.