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La taza carenada de Los Coritos, nueva ‘pieza desconocida’ del Museo de Segovia

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Este espléndido vaso, realizado en cerámica elaborada a mano, procede de un hallazgo en un paraje del término municipal de Chañe y se sitúa cronológicamente en el Bronce Medio, entre el 1700 y el 1500 a.C.

14 de noviembre de 2016

Castilla y León | Delegación Territorial de Segovia

El museo gestionado por la Junta de Castilla y León descubre al público la ‘pieza desconocida’ de noviembre y diciembre, una actividad con la que el Museo de Segovia pretende promover el conocimiento de aquellos fondos singulares y desconocidos que no suelen estar incluidos en la exposición permanente del centro. En esta ocasión, la obra que el museo rescata de sus fondos es una taza carenada, de color negro y elaborada a mano, procedente de la edad del Bronce Medio.

La pieza, procedente de un hallazgo en Los Coritos, en el término municipal de Chañe, está realizada mediante la unión de un cuerpo inferior, de aspecto troncocónico, apoyado sobre un estrecho fondo plano, y otro superior, de menor desarrollo y paredes ligeramente abiertas. La línea en la que se produce la unión de ambos cuerpos recibe el nombre de carena; por ello, este tipo de vasijas se denominan ‘tazas carenadas’.

El vaso muestra sus superficies sometidas a un cuidadoso lustrado y decoradas con motivos realizados mediante técnica incisa. Su ejecución se llevó a cabo cuando el barro estaba todavía tierno, mediante el deslizamiento de la punta de un punzón de hueso o metal sobre la superficie del vaso.

El esquema decorativo es muy simple, formado por un estrecho friso de retícula incisa que discurre sobre la superficie interior del labio. En la superficie exterior del recipiente se desarrollan sendos frisos de retícula, semejantes al anterior, bajo el borde y sobre la línea de carena. Mientras que en el espacio que delimitan dichas cenefas se advierte la alternancia de espacios decorados y lisos. Los primeros aparecen rellenos por apretadas series paralelas de ángulos, conocidas habitualmente como ‘motivos de espigas’.

El cuerpo inferior del recipiente muestra una decoración formada por cuatro motivos radiales, enfrentados dos a dos, que cuelgan de la carena. Cada uno de ellos se compone de una serie de amplios ángulos cuyos lados, configurados por finas líneas de retícula, rematan en un vértice que señala hacia el fondo.

En algunas zonas de la pieza se aprecian motivos decorativos rellenos de una pasta blanca (probablemente calcita o yeso machacado). Este relleno, perdido en la mayor parte del recipiente, es una técnica con la que se buscaba resaltar las zonas decoradas. De este modo el color blanco destacaría sobre el intenso color negro del resto de cazuela, ofreciendo así un bello efecto pictórico.

Todos estos elementos llevan a pensar que esta taza pudo ser elaborada por manos artesanas muy expertas, que debieron emplear un tiempo considerable en su elaboración. El perfil y decoraciones de tan excepcional vaso tienen fácil comparación con evidencias que comparecen en yacimientos encuadrables en la cultura arqueológica que ocupó la meseta durante la Edad del Bronce.

El análisis de la evolución de tales motivos decorativos ha permitido distinguir entre un estadio previo, un mero momento de formación, denominado ‘Protocogotas’ y una fase de plenitud que recibe el nombre de ‘Cogotas I’. La taza carenada de Los Coritos cabe atribuirla, sin duda alguna, al primero de tales momentos. Ello permite situarla cronológicamente entre 1700 y 1500 a.C.; esto es en el Bronce Medio meseteño.

Los visitantes pueden acercarse a descubrir la pieza del mes de noviembre en el Museo de Segovia en el horario habitual de apertura al público del centro, de martes a sábados, de 10.00 a 14.00 horas, y de 16.00 a 19.00 horas; y los domingos de 10.00 a 14.00 horas.