El delegado territorial, José Mazarías, ha participado en la presentación de la singular pieza, uno de los pocos ejemplos de tallas en caliza policromada que se conservan en la provincia, y ha destacado la importancia de la difusión del patrimonio, que contribuye no solo a su conocimiento sino también a su protección. Los trabajos acometidos, cofinanciados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), han recuperado la policromía original y han consolidado la talla.
4 de octubre de 2019
Castilla y León |
Delegación Territorial de Segovia
La iglesia parroquial de Santa Eulalia ha acogido esta mañana el acto de presentación de la restauración realizada en la Virgen de la Piedad, una talla de caliza policromada descubierta en 2009 en una hornacina oculta sobre la portada del templo. La actuación para recuperar la pieza ha supuesto una inversión de 7.449,87 euros, cofinanciados con fondos FEDER, y ha sido promovida por el Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta en Segovia.
El delegado territorial, José Mazarías, ha participado en la convocatoria a la que han asistido también Alfonso Águeda, delegado de obras del Obispado de Segovia, y Ruth Llorente, jefa del Servicio Territorial de Cultura y Turismo de la Junta. Mazarías ha intervenido al inicio de la presentación, que ha corrido a cargo de la restauradora responsable de los trabajos María Magdalena García Pérez-Mínguez., y ha valorado “la importancia de difundir nuestro rico patrimonio artístico, histórico y cultural, porque su conocimiento contribuye también a su protección”. Además ha recordado que una de las líneas estratégicas del Gobierno regional para los próximos cuatro años es avanzar hacia un modelo de gestión que considera el patrimonio de Castilla y León como un activo no deslocalizable, que permite el desarrollo sostenible de ciudades y zonas rurales.
La Virgen de la Piedad es una pieza fechada entre los siglos XV y XVI. Es una obra de calidad, considerada como uno de los pocos ejemplos de tallas en caliza policromada que se conservan en la provincia de Segovia; muestra la capacidad del escultor para conjugar el contraste de la muerte, reflejado en el cuerpo de Cristo, con la serenidad de la Virgen, visible en un bello rostro y expresivos pliegues en los ropajes.
Esta imagen presentaba un estado de conservación estabilizado, pero con numerosos deterioros, fundamentalmente con pérdidas de volúmenes en el pecho y la cabeza de Cristo, craquelado de la policromía, repintados y suciedad superficial. Estas alteraciones y la importancia de la pieza han hecho preciso el tratamiento de restauración para devolverle su unidad estética, artística, devocional e histórica.
Los tratamientos realizados han incluido la eliminación de polvo, suciedad acumulada y depósitos superficiales y han ido encaminados a la consolidación material tanto del soporte de la talla como de la pintura; se ha realizado un estudio de policromías, para determinar su estado, extensión y número de capas, en el que se ha concluido que era posible recuperar la policromía original, lo que además finalmente ayuda a contemplar la maestría de la talla, al eliminar grosor de capas y rellenos. La reintegración cromática (que ha sido mínima) y material (que ha permitido obtener una lectura comprensible del conjunto) han completado los pasos fundamentales del trabajo de restauración.
Al concluir la actuación en la talla, se ha realizado el análisis de una nueva ubicación dentro del templo, ya que no se consideraba adecuado para su correcta conservación volver a colocarla en la hornacina de la entrada de la iglesia, y la obra se ha montado finalmente en el lateral de la nave de la Epístola, sobre una peana de caliza, realizada expresamente para mostrar la pieza, en donde se puede apreciar claramente la calidad de la talla. En todo el proceso se ha contado con la colaboración de la parroquia de Santa Eulalia.
Además, se han editado trípticos explicativos de las actuaciones ejecutadas y se ha realizado un vídeo sobre la restauración.
La historia del hallazgo
La plaza de Santa Eulalia de Segovia fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico en febrero de 2017. En la descripción del acuerdo de declaración de BIC, se indica textualmente: “El conjunto se caracteriza por su vinculación a la iglesia románica de Santa Eulalia, eje central del conjunto”. De igual manera se señala: “Las obras de rehabilitación del templo han puesto de manifiesto nuevos elementos originarios del templo en la nave lateral derecha y en el ábside, así como pinturas murales”.
Y así fue. En diciembre de 2005, la Junta de Castilla y León inició los trabajos de rehabilitación de la iglesia de Santa Eulalia, que se desarrollaron en varias fases. En la fase final, en marzo de 2009, al eliminar el tabicado de la parte superior de la portada de los pies del templo, se recupera en el tímpano una hornacina de piedra rodeada por pinturas murales, y en su interior se localiza una imagen de la Virgen de la Piedad, de la que se desconocía su existencia.
Tras su descubrimiento, la Virgen se retiró de la hornacina y se guardó en el interior de una capilla en la iglesia para su conservación hasta que se sometiera a la restauración que ahora ha finalizado.