Las pruebas que se han encentrado en el Archivo pertenecen al libro del Fiel del Mercado, en el que este símbolo, que hoy atribuimos a los correos electrónicos ‘@’ y al mundo de la informática, era utilizado durante los siglos XVIII y XIX para cuantificar el peso o el volumen de cada producto que se introducía en Segovia para ser comercializado.
11 de junio de 2019
Castilla y León |
Delegación Territorial de Segovia
La Junta de Castilla y León ha seleccionado como ‘Tesoro oculto’ del Archivo Histórico Provincial de Segovia una serie de documentos que prueban la utilización de la arroba –‘@’- mucho antes de que un informático decidiera utilizar este símbolo como nexo de unión entre el nombre de usuario y el dominio de una cuenta en el correo electrónico.
Estas pruebas se han encontrado en los libros del Fiel del Mercado, un personaje que, durante los siglos XVIII y XIX, era el encargado de vigilar las mercancías que entraban en la ciudad de Segovia y garantizar la calidad y cuantía de las mismas, cobrando los impuestos que correspondían a cada una. Para este cometido, esta figura cuantificaba el peso o el volumen de dichas mercancías y lo plasmaba en el libro mediante arrobas. Asimismo, los amanuenses segovianos utilizaban esta simbología, al igual que lo habían hecho sus homólogos aragoneses tres siglos antes, para indicar el peso de mercancías.
Etimología y uso en la historia
Estas arrobas correspondían a una cuarta parte de un quintal, lo que se traduce en 11 kilos y medio según está recogido en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, y también puede ser entendida como medida para líquidos que varía en las diferentes provincias españolas.
Sin embargo, en sentido estricto, ‘arroba’ es una palabra de origen árabe (arub), que significa ‘cuarta parte’ y en inglés se identificó, por su parecido gráfico, al término ‘arrow’ (flecha). Además, tanto en las viejas máquinas de escribir como en el mundo de la informática se le ha atribuido el significado de ‘unión a’; ‘ligado a’; o ‘junto a’. Y en el inglés es subsidiario del ‘at’ o ‘ad’ latino, es decir, preposición que indica ‘junto a’.
En el año 2000, el periódico británico The Guardian informaba que el profesor Giorgio Stabile de la Universidad de la Sapienza de Roma consideraba que el símbolo de la arroba ya se empleaba en el siglo XVI para indicar tamaños en las vasijas de contención de líquidos, una medida de capacidad que se había llevado durante el periodo de dominación aragonesa en Italia. Sin embargo, casi un siglo antes, en la llamada Taula de Ariza (Zaragoza), aparecía ya este símbolo.
Fue la prensa también quien volvió a hacerse eco del descubrimiento de una arroba más antigua. En una entrevista concedida al Heraldo de Aragón, el historiador y periodista, Jorge Romance, señalaba que había leído en los medios de comunicación que la primera arroba había aparecido en Sevilla, en una carta que un comerciante italiano envió a Florencia en 1536, un dato publicado por el New York Times. Entonces, Romance recordó también que durante la carrera había visto ese símbolo en textos anteriores y localizó una arroba, de 1448, en la Taula de Ariza -un registro aduanero en la frontera entre Aragón y Castilla-, en el que se anotaban las mercancías, y en este caso fue el trigo lo que estaba contabilizado con una @ (arroba) y cinco fanegas. Pero la búsqueda de la arroba más antigua continuó y se localizaron más en el siglo XV y anteriores a la de Ariza; la arroba de Teruel de 1444 y la de Monzón de 1445.
Origen informático
En 1973, el informático estadounidense Ray Tomlinson encontró un problema cuando intentaba hilar el nombre de usuario con el dominio de una cuenta de correo electrónico. La solución le llegó de la nada, pues descubrió que en el teclado de una antigua máquina de escribir existía un símbolo (@) muy poco usado. En varios documentos de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando las máquinas de escribir eran el último adelanto, este símbolo se empleaba para unir datos, nombres y textos. Así pues, Tomlinson decidió utilizar este icono para dar solución a su problema y dar a luz a la arroba. Sin embargo, lo que este informático no sabía era que la arroba ya estaba presente desde hacía siglos en los textos de este lado del Atlántico.
Por su importancia documental, el Archivo ha seleccionado esta documentación como ‘Tesoro oculto’ y mantendrá expuestos estos documentos hasta el 12 de julio, que podrán visitarse de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas y los lunes y los martes por la tarde desde las 16.30 a las 19.00 horas.