- Una buena parte del presupuesto, 5 millones de euros, está siendo destinada a la instalación de un revestimiento de composite de aluminio para incrementar su confort térmico, cuyos efectos ya se aprecian en una parte del edificio
- Se están implantando cuatro unidades de convivencia en el ala suroeste para adaptar el centro a la Ley de Atención Residencial con 3,4 millones, una transformación que abarcará todo el inmueble en los próximos años
14 de junio de 2024
Castilla y León |
Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades
Los centros residenciales de Segovia se encuentran en pleno periodo de transformación. Recientemente, la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, inauguraba las mejoras de la residencia ‘San Lorenzo’ (antes conocida como Mixta), en la que, con una inversión de 5,8 millones, se ha realizado una profunda reforma para adaptarla a la nueva Ley de Atención Residencial. En este contexto, la titular de Familia visitó en los últimos días la Residencia Asistida de Personas Mayores de la capital segoviana, donde se está produciendo una rehabilitación integral por valor de 8,4 millones, financiados con fondos europeos. En total, el presupuesto invertido para estos dos centros de mayores titularidad de la Junta de Castilla y León supera los 14 millones de euros.
Las obras en la Residencia Asistida se están acometiendo desde dos perspectivas: una afecta a la modernización del edificio y de las zonas y servicios comunes y la otra está centrada en la implantación de unidades de convivencia en el ala suroeste de las cuatro primeras plantas.
En cuanto a la primera de las intervenciones, se está llevando a cabo la reforma de los comedores de planta en el interior y una actuación general en todo el revestimiento del inmueble, con un presupuesto parcial de 5 millones de euros. Es precisamente en la parte exterior en la que la obra cobra una mayor dimensión, puesto que las fachadas, en total, alcanzan los ocho mil metros cuadrados de superficie y se están cubriendo con composite de aluminio, lo que mejorará sobre manera el confort térmico del edificio. De hecho, en una de las alas ya se está notando mejoría en este aspecto, una vez finalizado el recubrimiento. También se está realizando la mejora de la carpintería exterior y de la cubierta del edificio, en aras de contribuir también a la confortabilidad de trabajadores y residentes y a un mayor ahorro energético, lo que lo convierte en un inmueble moderno y sostenible.
También se están ejecutando intervenciones en los comedores de planta, así como la adecuación de las zonas comunes del edificio: áreas sin uso se están transformando en espacios de uso general para los residentes.
La segunda gran intervención que se está acometiendo de manera paralela es la implantación de cuatro unidades de convivencia en el ala suroeste del edificio que afectará a las cuatro primeras plantas, es decir, se instalará una en cada altura. En este caso, la inversión es de 3,4 millones de euros. Una de las unidades ya está finalizada y equipada. La instalación del resto comienza ahora.
No obstante, el objetivo último es llevar el nuevo modelo de atención centrado en la persona a todo el edificio, tal y como establece la Ley de Atención Residencial. La ley señala que, en estos centros, los residentes deben sentirse como si estuvieran en su propio hogar y desarrollar sus actividades diarias con toda la autonomía posible. Por ello, cada unidad de convivencia es una vivienda compartida por no más de 16 usuarios y cuenta con sala de estar, baños adaptados propios y habitaciones dobles e individuales.
La Residencia Asistida de Personas Mayores de Segovia es, junto a la Residencia ‘La Rubia’, de Valladolid, uno de los centros de mayores dimensiones de la Comunidad, por ello, las obras se han ido acometiendo por fases, al contar con un gran número de usuarios en su interior, para que no afecten lo más mínimo a su vida cotidiana.
Adaptación a la nueva Ley
Las obras iniciadas en estas instalaciones segovianas tienen el objetivo de adecuarse al nuevo marco normativo. Hace ya varios años que la Junta de Castilla y León viene reconvirtiendo sus centros residenciales en espacios asimilables al hogar de los usuarios, implantando progresivamente las citadas unidades de convivencia. Ahora, todas las residencias de la Comunidad tienen que adaptarse a la Ley Reguladora del Modelo de Atención en los Centros de Carácter Residencial y Centros de Día de Servicios Sociales para Cuidados de Larga Duración en Castilla y León, es decir, la nueva Ley de Atención Residencial, e instaurar este tipo de unidades.
Un texto cuyo espíritu es la atención centrada en la persona, que equivale a que los cuidados se llevarán a cabo siempre contando con las necesidades y preferencias de los residentes, los cuales plasmarán sus pretensiones en el documento ‘Proyecto de vida’, en el que se tendrán en cuenta tanto esos deseos como el contexto físico y familiar de las personas.
El objetivo es actualizar el sistema de cuidados y profundizar en su grado de humanización. Una atención libre de restricciones —por ejemplo, las sujeciones— como norma general, sólo compatibles con un contexto en el que peligre la integridad física del residente. Para ello, la norma promueve una formación específica para que los profesionales cuenten con alternativas a estas restricciones, así como la inversión en productos de apoyo para eliminarlas, como detectores de caídas, camas de ‘cota cero’ o colchonetas.
En este cambio radical del sistema, cada vez más personalizado, se establece la figura del profesional de referencia, que será la persona de confianza que acompañará a los residentes y los atenderá de manera directa, y la del gestor de caso, que se coordinará con usuario, familia, profesional de referencia y el resto de los trabajadores.
De toda esta filosofía surgen las unidades de convivencia, que se convierten en una de las tres áreas básicas con las que debe contar un centro residencial, junto con los espacios comunes y los servicios generales.
Sin embargo, es necesario puntualizar que todos estos cambios no son una mera declaración de intenciones. La Ley es clara y exigente y establece mecanismos para realizar controles y seguimientos del grado de cumplimiento de todo lo expuesto anteriormente, así como la permanente mejora de la calidad. Por ello, recoge sistemas de evaluación continua de los servicios, estándares de calidad y una formación constante, especializada y fuertemente ligada a la sensibilización tanto de los profesionales como de la sociedad en general.
Esa apuesta por la calidad está estrechamente unida a la innovación tecnológica, que se ha convertido en uno de los pilares básicos del sistema de cuidados de Castilla y León. La Junta se encuentra inmersa en un proceso de largo recorrido para aplicar los últimos avances tecnológicos a todo su sistema de Servicios Sociales, y los centros residenciales están dentro de esta modernización. Por ejemplo, se han implantado 62 estaciones de Telemedicina Avanzada en todas las instalaciones: dispositivos que toman las constantes vitales y parámetros de salud de los residentes y que se centralizan en un único componente móvil, lo cual facilita el trabajo de los cuidadores y permite que los usuarios estén más seguros.