La directora general de Familias, Infancia y Atención a la Diversidad ha visitado el centro de formación ‘Lorenzo Milani’, donde menores del Sistema de Infancia de Castilla y León que residen en las instalaciones de la entidad cursan formación profesional reglada.
30 de octubre de 2024
Castilla y León |
Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades
El objetivo principal del Sistema de Infancia autonómico es que los menores que tutela desarrollen su proyecto de vida en igualdad de oportunidades con el resto de los jóvenes de la Comunidad. Por ello, la Junta de Castilla y León, de manera directa o a través de conciertos con otras entidades, les garantiza todas las necesidades esenciales y básicas, como es el acceso a una formación reglada.
En este contexto, los menores pertenecientes al Sistema de Infancia de Castilla y León que residen en las viviendas de ‘Casa Escuela Santiago Uno’, en Salamanca, están formándose en disciplinas como la jardinería, la gestión forestal o el mantenimiento de vehículos, bien sea en formación profesional básica, de grado medio o superior. La directora general de Familias, Infancia y Atención a la Diversidad, Esperanza Álvarez, ha visitado hoy el centro de formación ‘Lorenzo Milani’, ubicado en la localidad salmantina de Cabrerizos, donde reciben dicha formación estos menores tutelados, entre otros jóvenes.
‘Casa Escuela Santiago Uno’ y la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades tienen tras de sí una larga trayectoria de colaboración en ayudar y acompañar a los niños y adolescentes a integrarse en la sociedad. La Junta, en este sentido, tiene concertada con la entidad una red de nueve viviendas —seis en Salamanca y tres en León—, de las cuales dos son hogares de socialización; dos, de acogida; tres, viviendas para menores de protección; y otras dos, para ejecutar medidas de convivencia en grupo educativo de acuerdo con la legislación sobre responsabilidad penal de los menores.
Además, la Consejería y Santiago Uno trabajan conjuntamente en un programa destinado a la inserción social de los jóvenes que, por edad, salen del sistema de protección, pero que carecen de apoyos sociales, económicos y familiares para continuar desarrollándose vitalmente.
Esta colaboración entre la Junta y la entidad en los distintos programas y servicios supera los 2,5 millones de euros anuales, mediante los cuales se dota a los niños y adolescentes de oportunidades para que tengan una buena proyección futura, a través de la formación reglada —como es el caso de los menores del Sistema que acuden al centro ‘Lorenzo Milani’— y los proyectos de educación no formal, iniciativas mixtas que combinan el ocio y el tiempo libre con formación en otro tipo de disciplinas a través de tallares de pintura, fotografía, teatro, radio, cine, circo o deportes, entre otros.
Santiago Uno y la Junta también colaboran en otros proyectos, como las subvenciones otorgadas por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades para financiar diferentes programas como: el programa de ‘Intervención Familiar en la Etnia Gitana’, el de ‘Gestión de las emociones a través del arte, el deporte y el aprendizaje’ del Instituto de la Juventud de Castilla y León, el programa ‘Domus, un paso más para la emancipación’ y concierto social de pisos para la transición para la vida adulta; así como otras iniciativas de carácter social para ofrecer alternativas a familias con bajos recursos o para la integración de inmigrantes. Unas subvenciones que superan los 42.000 euros.
La colaboración entre la Junta y Santiago Uno también se completa con la financiación de dos itinerarios prelaborales de empleo, por un importe de 18.000 euros. cada uno, con el objetivo de informar, orientar y asesorar a los jóvenes en la formación de diferentes módulos de hostelería, turismo y capacitación agraria.
La atención que ofrece la entidad salmantina a los menores no sólo está integrada por profesionales de múltiples ramas —pedagogos, profesores, psicólogos, educadores sociales, trabajadores sociales, ingenieros, biólogos, cuidadores o monitores de ocio y tiempo libre—, sino que en los equipos también trabajan personas que en otro momento de su vida fueron menores que participaron en todos estos programas de inclusión e integración social, por lo que los adolescentes usuarios actuales pueden ver, a través de ellos, una ventana de oportunidad.